En 1949, Perón reformó la Constitución de 1853, de manera que pudo ser reelegido en 1951. En ese año, Eva Perón intentó acceder a la nominación a la vicepresidencia de lo que sería el segundo mandato presidencial de Perón. Si bien contaba con el respaldo de la CGT, la oposición militar la condujo a su célebre renunciamiento en un acto multitudinario en la avenida 9 de julio.
Evita murió de un cáncer uterino a la edad de 33 años en 1952. Su cuerpo fue embalsamado y mantenido en exposición hasta que un golpe militar expulsó a su marido del poder en 1955. Clandestinamente fue enviado el cadáver a Italia y enterrada en Milán con nombre falso.
En 1972 fue devuelto a su esposo. Reposa actualmente en el cementerio de La Recoleta en Buenos Aires.
El Estado de Bienestar, la Economía peronista, y la oposición política.
La llegada del peronismo al poder en democracia se produce en plena posguerra mundial, lo cual significaba la debilidad económica de una Europa en ruinas y el fuerte liderazgo de Estados Unidos en el Hemisferio Occidental.
En este escenario, Argentina se encontraba por primera vez en su historia en la posición de acreedor de los países centrales, gracias a las exportaciones de carnes y granos a las potencias beligerantes.
El principal deudor era el Reino Unido que ante la emergencia declaró su iliquidez, bloqueando la libre disponibilidad de esos montos. El gobierno peronista optó por utilizar esos créditos para adquirir empresas de servicios públicos de capital británico.
La bonanza económica de la Argentina continuaba, impulsada por el creciente mercado que se había formado por la baja de las importaciones provenientes de los países en guerra.
Esto ayudo al gobierno a aplicar una vasta política de bienestar que incluía la efectivización de nuevos derechos sociales, como períodos de vacaciones y descanso, planes de vivienda, inversiones en salud y educación, etcétera.
Desde ya que todos estos beneficios eran ampliamente publicitados y capitalizados por las figuras de Perón y su mujer, que creó una fundación de asistencia social financiada básicamente con fondos estatales y aportes empresarios (generalmente de carácter forzoso); también las nacionalizaciones y estatizaciones de los servicios públicos, como los ferrocarriles británicos, eran proclamados como conquistas de soberanía e independencia económica.
Los trabajadores llegaban a compartir el 50 por ciento de la renta nacional, cifra histórica nunca antes alcanzada... El aumento de los ingresos de la población antes marginada, ahora ocasionaba un gran crecimiento del consumo y la modernización de la sociedad argentina. Los espacios públicos que antes eran frecuentados por una exclusiva franja de la sociedad, ahora los frecuentaban gente de todas las clases sociales.
El modelo económico se caracterizó por una profundización del proceso de sustitución de importaciones, promoviendo el desarrollo de la industria nacional y llevándola a niveles de autosuficiencia no vistos hasta entonces (sobre todo la industria aeronáutica tiene un impulso singular).
A comienzos de la década del cincuenta el contexto mundial deja de ser favorable ya que Estados Unidos mediante el Plan Marshall colocaba sus excedentes agrícolas en Europa limitando el acceso al mercado de los alimentos argentinos. Con una visión exterior elabora un plan de integración latinoamericana al que denomina ABC precisamente para eludir la hegemonía de EUA.
La situación económica comienza a empeorar y un nuevo ministro de Asuntos Económicos, Alfredo Gómez Morales, aplicó medidas de corte ortodoxo, como el ajuste del gasto público; Perón planteó la firma de contratos de explotación petrolífera con compañías norteamericanas, debido a la escasez de petróleo que limito el crecimiento económico.
Debido a la fuerte campaña de desprestigio del gobierno, impulsada por los sectores económicos más poderosos a través de gran parte de los medios de prensa, el Segundo Gobierno Peronista aumentó el control sobre el periodismo, por ejemplo, con la expropiación del Diario La Prensa, y la censura. Son detenidos algunos políticos opositores, y se realiza una política propagandística gigantesca para afianzar el gobierno que alcanza incluso a los libros escolares de los niños. Se denuncian supuestas conspiraciones en su contra.
En 1951 derrota la sublevación del General Benjamín Menéndez y tras la explosión de bombas en un gran acto de la CGT.
Partidarios peronistas atacan e incendian la sede del Jockey Club, la Casa del Pueblo (sede del Partido Socialista), y la sede del Partido Radical. Esta división política interna se agudiza con el enfrentamiento con la Iglesia Católica en 1954, producido por un conjunto de circunstancias. A partir de ese momento, el Presidente inicia una política contra la Iglesia Católica legalizando el divorcio vincular, los prostíbulos, y derogando la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. Las manifestaciones opositoras aumentaron y dos sacerdotes fueron expulsados del país.
La Unión Cívica Radical, entre otros, desecha cualquier posibilidad de pacificación o acuerdo con el gobierno si antes no se libera a los políticos detenidos y se restablecen las libertades públicas. El 16 de junio de 1955 aviones de la fuerza aérea realizan el salvaje bombardeo de la Plaza de Mayo asesinando a casi trescientos civiles. El supuesto objetivo era asesinar al General Perón, aunque no lo lograron; a la noche simpatizantes al gobierno saquean e incendian iglesias. El estado de guerra interno es declarado por el Presidente quien hace un llamado a la conciliación que Perón da por terminada en agosto de ese año, con un discurso público en que proclama que "por cada uno de los nuestros que caigan caerán cinco de los de ellos".
El grado de polarización y enfrentamiento entre peronistas y antiperonistas tornaba la situación casi insostenible.
En una nueva sublevación en septiembre de 1955 grupos militares se sublevan en Córdoba triunfando y luego en Buenos Aires, derrotando a las fuerzas presidenciales y derrocando al Presidente Perón, quién inicia su exilio en algunos países latinoamericanos antes de exiliarse durante muchos años en España. Se reprime brutalmente las movilizaciones de trabajadores que repudian el golpe.
Los militares que derrocan a Perón, denominan Revolución Libertadora a su golpe de estado y ocupan el Gobierno. Una de sus primeras medidas será la proscripción del peronismo, su partido y simbología, que sin embargo mantendrá su gran popularidad.
16 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario