17 de noviembre de 2009

Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner (2009-actualidad)

Cristina Fernández de Kirchner


El 10 de diciembre de 2007 asumió la presidencia Cristina Fernández, que en los primeros días de su mandato continuó los lineamientos generales del gobierno de su esposo. De ese modo, una mujer resultó elegida Presidenta de la Nación por primera vez en la historia argentina.


En los inicios de la gestión de Cristina Fernández se estableció un aumento de 20% de las tarifas mínimas de colectivos, trenes y subtes, el cual entró en vigor en enero de 2008.

Dichas tarifas se encontraban con precios congelados desde el año 2001, y desde entonces el estado compensaba con subsidios los costos operativos y de sueldos que las empresas no podían pagar. Inicialmente se previó que el aumento de tarifas permitiría bajar los subsidios (que a fines de 2007 equivalen a $2.700 millones), pero dado que el aumento no compensaría las deudas se estudia también un nuevo aumento de los mismos. El Defensor del Pueblo, Eduardo Mondino, manifestó que dicho aumento "es un premio a la ineficiencia". A los pocos días de haber asumido el mandato, el FBI arrestó a cuatro supuestos agentes venezolanos en Florida, relacionados con el escándalo del maletín, que habrían estado intentando chantajear a Antonini Wilson, protagonista del escándalo, para que mantuviera silencio.

Según el FBI, el gobierno venezolano habría apoyado monetariamente la campaña presidencial de Cristina Fernández y los 800 mil dólares incautados a Antonini Wilson solamente serían uno de varios montos entregados.

La presidenta argentina calificó las acusaciones federales estadounidenses como "operación basura". Dicho escándalo deterioró sorpresivamente las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Argentina, las cuales comenzaron a recomponerse a principios de febrero del 2008 tras una reunión de la presidenta con el embajador Anthony Wayne.


El alejamiento del obispo castrense Antonio Baseotto, ocurrido durante el gobierno de Néstor Kirchner y aún no reemplazado, tuvo repercusiones en la relación argentina durante el gobierno de la Fernández con el Vaticano. El embajador ante el Vaticano que se quiso promover, Alberto Iribarne, no fue apobado por la Santa Sede. Se adujo que no se lo aceptaría por ser divorciado, a lo cual Jorge Taiana respondió formulando un listado de embajadores ante el Vaticano que fueron aceptados a pesar de encontrarse en una condición idéntica, entre ellos los de México, Cuba y Suiza.

El día 12 de marzo del 2008, productores agropecuarios interrumpieron la libre circulación en distintos puntos del país. Los mismos reclamaban que el gobierno disminuyera los gravámenes que se aplicaban a sus productos (entre 43 y 49% para las exportaciones de soja, entre 37 y 45 % para el de girasol, y 25% para maíz y trigo). El paro duró hasta el 18 de julio después de que se votará en contra de las retenciones. Durante ese periodo no hubo entrada de alimento ni exportación ni importación
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Política económica

Ciencia y tecnología

Una de las primeras medidas adoptadas por la presidenta Fernández fue la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, designando a su cargo a Lino Barañao, un reconocido biólogo molecular. La medida se complementó con el anuncio de creación de un polo científico-tecnológico en Buenos Aires, integrado por tres institutos: Ciencias Sociales y Humanas, Ciencias Biomédicas y Biotecnológicas y Ciencias Exactas y Tecnológicas.
Plan energético

Los problemas de abastecimiento de energía en las postrimerías del año 2007 llevó a cabo un plan de ahorro de energía. El plan se propuso reemplazar las bombitas incandescentes por lamparitas de bajo consumo, y-por sanción del Congreso- se dispuso el atraso de 60 minutos de la hora oficial a partir del 30 de diciembre de ese mismo año, cambio que perduró hasta el día 16 de marzo de 2008. Como consecuencia se vieron descendidos los consumos de energía eléctrica, principalmente en las horas pico. Hasta 2008 el plan de reemplazo de lamparitas de bajo consumo se había cumplido parcialmente.


Inflación

Cristina Fernández de Kirchner asumió su gobierno con problemas de inflación y una crisis institucional en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), cuestionado por la verosimilitud de sus índices de costo de vida desde la intervención del organismo llevada a cabo por el Secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno a partir de enero de 2007, que algunos estudios privados han ubicado en más del doble de la inflación oficial. El índice sirve para determinar el monto que el gobierno ha decidido pagar en concepto de intereses de la denominada "deuda externa", en función del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER).

Algunos observadores y dirigentes políticos han sostenido que tanto el gobierno argentino, como grupos económicos privados acreedores de títulos de la deuda externa, pujan por influir en la forma en que se calculan los índices en el INDEC, con el fin de reducir la deuda externa en el caso del gobierno, y de aumentarla en el caso de los acreedores. Por otro lado, existen investigaciones y fallos judiciales que determinaron el carácter ilegítimo y fraudulento de una gran parte de la llamada "deuda externa".

El ministro de Economía Martín Lousteau presentó un plan para combatir la creciente inflación, reduciendo el crecimiento económico («enfriando» la economía), recurso que fue expresamente rechazado por el ex presidente Kirchner. El gobierno sostiene que la inflación no está causada por el alto nivel de crecimiento económico, y que un enfriamento de la economía, con las altas tasas de endeudamiento y pobreza que aún registra el país, tendrían un costo social mayor que el mismo descenso de la inflación.

En la segunda mitad del 2008, la tasa de inflación real bajó, ubicándose en el 0,4% mensual (según el INDEC) y alrededor del 0.7% para diversos estudios privados.

Sin embargo, en el transcurso del primer semestre de 2009, los datos oficiales se han despegado de las mediciones privadas, llegando estas últimas a estimar la tasa interanual en un triple de las difundidas por el INDEC, mismas que la sitúan en un 5,7% contra más de un 15% para la virtual totalidad de las consultoras especializadas.

Cambios en las retenciones a la exportación y el paro agropecuario


Artículo principal: Paro agropecuario patronal en Argentina de 2008

El 11 de marzo de 2008, en un contexto de fuerte aumento nacional e internacional del precio de los alimentos, influenciados por los movimientos especulativos en los mercados de commodities de los Estados Unidos en los momentos previos a la decalración abierta de la crisis económica de 2008-2009, el ministro de Economía, Martín Lousteau, anunció un nuevo sistema de retenciones móviles a las exportaciones de cuatro productos y sus derivados: soja, girasol, maíz y trigo.

La medida tenía como objetivo atenuar las oscilaciones bruscas de los precios internacionales, combatir la llamada «sojización» del campo argentino y preservar la «política de dólar alto». Adicionalmente se anunciaron incentivos para la industria lechera y una mesa de negociación para el sector de la carne bovina.
La medida significó, en lo inmediato, un incrementó de la tasa de retención sobre la soja y el girasol, reduciéndose levemente las correspondientes al maíz y al trigo. La Resolución 125 fue rechazada de plano por las cuatro organizaciones que reúnen al sector empleador de la producción agro-ganadera en la Argentina, las que, a partir del 13 de marzo, declararon un paro con bloqueos de rutas, que se extendería durante 129 días.
El conflicto se agravó el 25 de marzo, cuando las organizaciones agroganaderas decidieron que el paro fuera «por tiempo indeterminado», hasta que el gobierno dejara sin efecto el incremento dispuesto, frente a lo cual la presidenta Cristina Fernández declaró que no negociaría hasta que el lock out fuera levantado. El paro afectó el comercio nacional e internacional, principalmente de alimentos y el abastecimiento de las ciudades.

El agravamiento del conflicto llevó a que miles de manifestantes en todo el país salieran a las calles tanto para oponerse como para apoyar las medidas del gobierno. En el curso de las manifestaciones se produjeron enfrentamientos entre partidarios de ambas posiciones. Durante el conflicto se produjo la renuncia del ministro de Economía Martín Lousteau, autor de las medidas cuestionadas.
El 17 de junio la presidenta Fernández envió al Congreso un proyecto de ley sobre las retenciones a las exportaciones de granos y las compensaciones a los pequeños productores, con el fin de que sea el Poder Legislativo el que resuelva en definitiva la situación. En la madrugada del 17 de julio, la Cámara de Senadores, en una votación que debió ser desempatada por el Vicepresidente de la Nación, rechazó el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo, que había sido previamente aprobado con modificaciones por la Cámara de Diputados. El 18 de julio la presidenta de la Nación ordenó dejar sin efecto la Resolución 125/08, luego de lo cual uno de los dirigentes ruralistas dio por terminado el conflicto.


Situación del Vicepresidente

El voto de desempate del vicepresidente Julio Cobos en contra del proyecto de retenciones a las exportaciones agropecuarias de la presidenta, que causó el rechazo del mismo por el Congreso, llevó a una ruptura entre ambos y a un realineamiento político de un sector de los llamados radicales K, liderado por el primero, que se ubicó en la oposición, aún sin dejar de ocupar el cargo de vicepresidente.

Elisa Carrió, una de las principales dirigentes de la oposición, había acusado a Cobos, pocos días antes, de formar parte de una conspiración golpista contra la presidenta Fernández, junto con el ex presidente Eduardo Duhalde. El hecho produjo una situación anómala, porque por un lado Cobos se ubicó como uno de los principales referentes de la oposición al gobierno del Cristina Kirchner, pero por otro lado, en su condición de Vicepresidente, debe reemplazar a la presidenta cada vez que ésta se ausenta del país, encontrándose en condiciones de tomar en ese caso medidas contrarias a la línea política marcada por la titular del Poder Ejecutivo.

Esta última situación se produjo el 21 de septiembre de 2008, cuando Cobos, en ejercicio de la Presidencia de la Nación a causa del viaje de la presidenta a Nueva York, recibió al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, uno de los principales líderes opositores, y transmitió al Jefe de Gabinete un reclamo financiero de Macri, con el que la presidenta discrepaba.

Otro caso similar se produjo en ocasión de la sanción del proyecto de ley presentado por la presidenta Fernández, reestatizando el sistema de jubilaciones y pensiones que había privatizado el presidente Carlos Menem. El proyecto fue aprobado en ambas cámaras del Congreso y, en noviembre de 2008, al momento de ser promulgado como ley por el Poder Ejecutivo, la presidenta se encontraba realizando una gira por África del Norte, razón por la cual estaba siendo reemplazada por el vicepresidente Cobos. En esa circunstancia, el partido PRO (macrismo) le pidió a Cobos que vetara la ley de la presidenta sancionada por el Congreso.
Esta situación, que permitiría al Vicepresidente dejar sin efecto decisiones tomadas por el presidente, o tomar decisiones que el presidente desaprueba, generó un debate entre políticos, periodistas y especialistas. Algunos han sostenido que, por razones morales, el Vicepresidente debería renunciar. Otros han reflexionado que la Constitución Nacional no prohíbe que el vicepresidente realice actos opuestos al presidente, y que por lo tanto está habilitado para hacerlo.


Rescate de Aerolíneas Argentinas

El 24 de julio de 2008 la presidenta Fernández presentó un proyecto de ley de rescate de las empresas Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas, por el que se aprueba el acuerdo entre el Estado Nacional y el grupo Interinvest del 17 de julio de 2008, mediante el cual el Estado argentino adquirió las acciones de esas y otras empresas relacionadas.

Aerolíneas Argentinas es la «línea de bandera» de Argentina y había sido privatizada en 1991 durante el gobierno de Carlos Menem. Desde entonces la gestión privada de la empresa fue muy deficiente. El proyecto presidencial fue aprobado por el Congreso Nacional el 3 de septiembre de 2008 como Ley 26.412.

La crisis económica mundial de 2008-2009

La crisis económica de 2008-2009, iniciada en los Estados Unidos, tuvo su primer efecto en la Argentina con el aumento exponencial del precio internacional de los granos que llevó al llamado «conflicto del campo», durante el cual las organizaciones de productores agropecuarios se opusieron a un alza de las retenciones a las exportaciones, consiguiendo finalmente que el Congreso anulara las medidas adoptadas por el gobierno en la Resolución 125/2008.

El 23 de septiembre, en su discurso en la 63ª Asamblea General de la ONU, la presidenta Fernández denominó a la crisis como el Efecto Jazz, aludiendo a su origen en Estados Unidos, en clara contraposición a las denominaciones que los centros económicos utilizaron para denominar a las crisis anteriores que se originaban en países emergentes, como fueron el Efecto Tequila, Efecto Caipirinha, el Efecto Arroz y el propio Efecto Tango, como se conoció la crisis argentina de 1998-2002. La presidenta cuestionó también a los «gurúes económícos» que defendíán el modelo económico estadounidense y criticaban las medidas anticrisis tomadas por los presidentes Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, para ratificar su adhesión de fondo al enfoque neodesarrollista de las mismas.Estas declaraciones fueron muy criticadas por la prensa conservadora y algunos sectores de la oposición, que las calificaron como un acto de arrogancia.

En octubre la presidenta puso en marcha un Comité de Crisis de alto nivel, para realizar un monitoreo permanente de la emergencia y recomendar medidas, integrado por el Jefe de Gabinete, el ministro de Economía, los presidentes del Banco Central y de la Comisión Nacional de Valores, y el titular de la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos).

A partir del 26 de noviembre, la presidenta Fernández anunció en diversas etapas un plan anticrisis compuesto por las siguientes acciones:
• Creación de un Ministerio de Producción.
• Paquete anticrisis integrado por tres herramientas:
o moratoria tributaria y reducción de retenciones para el agro;
o blanqueo, promoción y sostenimiento del trabajo registrado para las pymes;
o blanqueo y repatriación de capitales.
• Créditos públicos de fomento a la producción y al consumo, con una asignación de 13.200 millones de pesos (4.400 millones de dólares), asignados a través de la banca privada, a bajo interés. Los fondos se asignaron con el siguiente detalle: heladeras y otros bienes del hogar (3500 millones de pesos), automóviles (3000 millones de pesos), pequeñas y medianas empresas (3000 millones de pesos), campo (1700 millones de pesos), industria (1250 millones de pesos), camiones (650 millones de pesos). En un segundo anuncio se asignaron créditos al turismo sin interés (330 millones de pesos) y de bienes de consumo (200 millones de pesos).
• Plan de obra pública, por 21.000 millones de dólares, con el fin de impulsar el resto de la economía y duplicar los puestos de trabajo en el sector, creando unos 360.000 empleos.

El plan fue apoyado por las dos centrales sindicales (CGT y CTA), la Unión Industrial Argentina que agrupa a los empresarios industriales, y CONINAGRO, que agrupa a las cooperativas rurales. Fue criticada por la Sociedad Rural Argentina (SRA) y la Federación Agraria Argentina (FAA), ambas asociaciones que agrupan a los propietarios y productores rurales.

Por su parte, en octubre de 2008, el Fondo Monetario Internacional anunció que decidió no incluir a la Argentina en el Plan Anticrisis del organismo, «por sus antecedentes negativos», haciendo referencia a la catástrofe económico-social padecida durante la crisis de 1998-2002, cuando la economía del país era dirigida de acuerdo a las pautas del Fondo.

Reestatización de la fábrica de aviones de Córdoba

Fábrica Militar de Aviones

El 17 de marzo de 2009 el Poder Ejecutivo Nacional presentó un proyecto de reestatización de la ex Fábrica Militar de Aviones (FMA), empresa pionera en América Latina, creada en 1927 durante el gobierno radical de Marcelo T. de Alvear y privatizada en 1995 durante el mandato del presidente Carlos Menem y entregada bajo concesión a la empresa estadounidense Lockheed Martin. Luego de su privatización la empresa fue conocida como Área Material Córdoba. La nacionalización se realizó en el ámbito del Ministerio de Defensa a cargo de la ministra Nilda Garré.

El 21 de mayo de 2009 la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción a la ley aprobando la nacionalización, por 152 votos a favor, uno en contra y 21 abstenciones.




En 2009, el Poder Judicial anunció el envío a juicio oral de varias causas de crímenes de lesa humanidad. Entre ellas se fijó fecha para el 10 de octubre, en el Tribunal Oral Federal Nº 5, para dos de los diez tramos de la megacausa ESMA, correspondientes a la desaparición de las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon y del periodista Rodolfo Walsh, donde serán enjuiciados Astiz, Acosta, Rolón, Pernías, entre otros represores.


Televisación del fútbol

El 11 de agosto de 2009, luego de que la Asociación del Fútbol Argentino rompiera su contrato de televisación con la empresa TyC Spots, el gobierno nacional le ofreció la adquisición de los derechos ofreciendo 600 millones de pesos (el contrato anterior con TyC era de 268 millones de pesos). La principal condición sería la transmisión de todos los partidos en directo.
Y que el excedente de ganancia por la comercialización se destine al deporte amateur.

Nueva ley de medios audiovisuales


Artículo principal: Ley de Radiodifusión (Argentina)
En 2007 Cristina Kirchner prometió en su plataforma electoral presentar un proyecto de ley de radiodifusión que reemplazara la sancionada por la dictadura militar en 1980. El punto había sido incluído también en la plataforma electoral de Néstor Kirchner, pero finalmente no fue realizado durante su mandato.

El 18 de marzo de 2009 la Presidenta Fernández hizo público su proyecto de Ley de Radiodifusión en el Teatro Argentino de La Plata, tomando como base los 21 Puntos consensuados por la Coalición por una Radiodifusión Democrática. Algunos partidos políticos de oposición solicitaron que el proyecto no fuera presentado al Congreso Nacional antes de las elecciones parlamentarias del 28 de junio.

El 27 de agosto de 2009 el proyecto fue presentado en la Cámara de Diputados y fue aprobado (media sanción) el 15 de septiembre. Finalmente el proyecto fue transformado en ley por la Cámara de Senadores en sesión del 9 de octubre, como Ley Nº 26.522.

El proyecto contó con el apoyo unánime de los diputados del oficialismo (Bloque Frente para la Victoria-Partido Justicialista), y de varios partidos de la oposición, como el Partido Socialista, el Proyecto Sur, Encuentro Popular y Social (sabatellismo), Solidaridad e Igualdad (SI), Partido Nuevo Contra la Corrupción (juecismo), Partido de la Concertación FORJA, entre otros. El proyecto recibió también el rechazo de varios partidos de la oposición, como la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica, Propuesta Republicana (macrismo) y el peronismo disidente (duhaldismo, felipismo, De Narváez, etc), entre otros.

El proyecto fue apoyado también por las dos centrales sindicales (CGT y CTA), así como por los sindicatos de los trabajadores de los medios de comunicación audiovisuales. El proyecto también contó con el apoyo del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, de organizaciones de derechos humanos como las Madres de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y Abuelas de Plaza de Mayo, y de la Federación Universitaria Argentina.

El proyecto también contó con el apoyo de organizaciones internacionales como la que expresó Frank La Rue, Relator de Libertad de Expresión de las Naciones Unidas, la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC), la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes Región Cono Sur (OCLAE), entre otras.
En sentido contrario el proyecto fue rechazado por las cadenas de medios de comunicación más grandes del país, como el multimedio Clarín y el Grupo Uno. También expresó su rechazo al proyecto la Asociación de Empresas Periodísticas (ADEPA).

El proyecto establece que las frecuencias de radio y televisión son un bien público y que deben ser entregadas a quienes pretendan utilizarlas, mediante concurso público por plazos de 10 años, prorrogables por otros 10. Las frecuencias se dividen en partes iguales entre tres tipos de medios de comunicación:
• Medios comunitarios (organizaciones sin fines de lucro)
• Empresas privadas con fines de lucro
• Medios públicos (estado nacional, provincias, municipios y universidades públicas)
La ley establece límites estrictos para impedir la concentración monopólica y oligopólica de medios, poniendo un tope de 10 licencias (el vigente es 24) y prohibiendo también el acceso de las empresas telefónicas; ésta última restricción es una medida solicitada por los partidos de oposición. Se obliga a los propietarios y directivos de medios a respetar la libertad de expresión y el pluralismo. Se establecen garantías para los usuarios y normas especiales de protección y fomento de medios de comunicación bajo dirección de los pueblos originarios.

Regula con detalle la formación de redes de medios y establece límites precisos de producción y contenidos locales y provinciales, para evitar que los medios se conviertan en meras repetidoras de medios ubicados en la Capital Federal u otros países y fortalecer la existencia de medios y profesionales locales. Dispone una difusión mínima de un 70% de producción nacional, 30% de música nacional y un 50% de música grabada por productoras independientes, así como regulaciones para la extensión y forma en que debe difundirse la propaganda comercial (límites de tiempo y obligación de tanda). Cada canal de televisión deberá estrenar un mínimo de 6 películas nacionales por año.

Se crea la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), que reemplazará a COMFER y que se organizará como organismo autárquico dentro del ámbito del Poder Ejecutivo Nacional. En el proyecto original la AFSCA era dirigida por un directorio de 5 funcionarios: tres por el Poder Ejecutivo Nacional y dos por la segunda y tercera minorías parlamentarias.

La composición de la AFSCA se modificó en el debate parlamentario, quedando integrado por 7 miembros: dos por el Poder Ejecutivo, tres por el Congreso (uno para cada una de las tres primeras minorías) y dos elegidos por el Consejo Federal (uno de los cuales debe ser representar a una universidad nacional). La AFSCA tendrá también un Consejo Federal de Comunicación Audiovisual, de caracter consultivo, integrado por las provincias, universidades y organizaciones sociales. La AFSCA será controlada por una Comisión Parlamentaria Bicameral.

Se crea también al Defensor del Público y varios registros públicos con el fin de trasparentar la información (Accionistas, Licencias y autorizaciones, Señales y productoras, Agencias de publicidad y productoras publicitarias).


Imagen del gobierno y la oposición

El «paro del campo» de 2008 y la derogación del sistema de retenciones móviles por el Congreso, significó una importante caída de la imagen de Cristina Fernández, sobre todo entre los sectores medios y altos. Debido a ello, algunos medios de comunicación y políticos opositores sostuvieron al finalizar el conflicto del campo, que el kirchnerismo era «un cadáver político al que solamente faltaba ponerle fecha de entierro».

Pasados unos meses y ya iniciada la crisis económica mundial de 2008, también la oposición había alcanzado altas tasas de imagen negativa, aunque ciertas figuras opositoras como el vicepresidente Julio Cobos superaban largamente en popularidad tanto a la presidenta como a Néstor Kirchner.

A pesar de la caída de su imagen positiva, a fines de noviembre de 2008 era la candidata preferida por los argentinos —según una encuesta realizada por Canal 26 en su página web— en la cual figura con el 32.43% de las preferencias, seguida por Elisa Carrió con 23.67% y Mauricio Macri con el 23.39%.

Sin embargo, en febrero de 2009, la imagen negativa de la presidenta creció del 39% al 41%, mientras que la imagen positiva se mantuvo sin cambios en un 29%. La evolución se produjo en el contexto de la fuerte recesión global, lo que acarrea un enfriamiento de la actividad económica; el crecimiento de los reclamos de transparencia en el manejo del INDEC; el inicio de la epidemia de dengue; la creciente inseguridad; los cuestionamientos a algunos de los funcionarios más controvertidos del gobierno como el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime y el secretario de Comercio Guillermo Moreno; etc. Los sectores donde se registró mayor apoyo a la presidenta fueron los mayores de 30 años y los de menor nivel educativo.

Geográficamente, el sector donde se registra la mayor tasa de imagen positiva es el conurbano bonaerense, donde predomina la actividad industrial, con un 38%, en tanto que la más baja se registró en la región agrícola pampeana, con un 20% de imagen positiva. La encuesta fue realizada telefónicamente sobre una muestra de 1.000 casos, entre el 3 y el 12 de febrero de 2009.

Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007)


Néstor Kirchner, presidente durante el período 2003-2007.

El 27 de abril de 2003 se realizó la primera vuelta de elecciones para elegir presidente. Cinco candidatos reunieron la mayoría de los votos: Carlos Menem (24%), Néstor Kirchner (22%), Ricardo López Murphy (16%), Adolfo Rodríguez Saá (14%) y Elisa Carrió (14%).

Carlos Menem, el candidato triunfante por mayoría relativa en la primera vuelta, no se presentó a la segunda vuelta al conocer los resultados de las encuestas que señalaban un porcentaje de sufragios en su contra del orden del 70% y por lo tanto resultó elegido el presidente Néstor Kirchner, quien asumió su mandato el 25 de mayo de 2003, hasta el 10 de diciembre de 2007.

Kirchner asumió confirmando al ministro de economía de Duhalde, Roberto Lavagna, y su política económica siguió los mismos lineamientos que la de su antecesor, manteniendo la devaluación de la moneda mediante una fuerte participación del Banco Central en la compra de divisas, impulsando mediante las exportaciones un crecimiento económico con tasas del PBI cercanas al 10%. Por otro lado logró sacar al país de la cesación de pagos, canjeando deuda por nuevos bonos indexados por la inflación y el índice de crecimiento económico. Los índices de pobreza y de desempleo disminuyeron notoriamente.


Durante el gobierno de Kirchner, Argentina y el Fondo Monetario Internacional han mantenido una relación tirante. Una de las principales medidas de su gestión fue cancelar por anticipado la totalidad de la deuda con este organismo internacional por un monto de 9.810 millones de dólares, con el objetivo declarado de terminar con la sujeción de la política económica a las indicaciones del FMI. Durante el año 2005, se realizó el canje de la deuda, que iniciaba las renegociaciones por los bonos que habían quedado en default desde 2001.


Los críticos a la política económica del gobierno argumentan que el alto crecimiento económico se debe más a una tendencia mundial que a particularidades argentinas: en especial, al elevado precio internacional de los granos y cereales. Sostienen que la recuperación económica también tiene por causa la depresión de los salarios, y que el canje de la deuda externa sólo significa una nueva deuda que crece indefinidamente. Los defensores de los logros de la política económica sostienen que la mayoría de los demás países de la región han tenido un desempeño económico-social más acotado que el argentino, debido precisamente a la política económica adoptada.


Kirchner ha llevado adelante una activa política para promover los derechos humanos, incorporando a su gobierno a reconocidos integrantes de organizaciones de derechos humanos. Además, ha impulsado el enjuciamiento a los responsables por crímenes de lesa humanidad ocurridos durante los años 70, realizados por la Triple A y por el gobierno del Proceso de Reorganización Nacional. Para conseguirlo, fueron anuladas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, las cuales mantenían frenados dichos juicios desde el gobierno de Raúl Alfonsín.
Desde los sectores de derecha o liberales se han criticado estas políticas como contrarias a la reconciliación nacional. Desde la izquierda, en cambio, se les critican gestos contrarios a los Derechos Humanos, como las represiones a algunas manifestaciones en la Patagonia y el envío de tropas argentinas a Haití en el marco de la MINUSTAH de las Naciones Unidas.


A nivel internacional, Kirchner formó parte de un grupo de mandatarios de varios países latinoamericanos, junto con Lula (Brasil), Tabaré Vázquez (Uruguay), Evo Morales (Bolivia), Michelle Bachelet (Chile), Rafael Correa (Ecuador) y Hugo Chávez (Venezuela), de tendencias no-liberales. Uno de los momentos más destacados de la política internacional, fue la IV Cumbre de las Américas de 2005, realizada en Mar del Plata, en la que el gobierno de Kirchner impulsó exitosamente, junto a otros gobiernos latinoamericanos, la oposición a la firma del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsado por Estados Unidos, estableciéndose una nueva política continental con eje en la creación de empleo decente.[22] En sentido coincidente, Argentina apoyó la decisión de formar la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), cuya constitución se concretó en 2008.


Conflictos

En las elecciones de 2005 (gobernadores y legisladores nacionales) se produjo una ruptura entre el kirchnerismo y el duhaldismo, que llevó a la exclusión de éste último del Frente para la Victoria y al enfrentamiento electoral entre ambos sectores. La confrontación fue especialmente destacada respecto al cargo de senador nacional por la Provincia de Buenos Aires. En esa oportunidad el FPV llevó como candidata a Cristina Fernández de Kirchner, mientras que el duhaldismo con el Partido Justicialista presentó a Chiche Duhalde, resultando ganadora la primera.

Tras las elecciones legislativas de octubre de 2005, Kirchner ha obtenido una mayoría a nivel nacional y ha logrado desplazar a Duhalde del control del aparato político del conurbano bonaerense. Esto se ha reflejado en importantes cambios en el gabinete — fundamentalmente la sustitución de Roberto Lavagna por Felisa Miceli en el ministerio de economía.

No obstante el control del Congreso, Kirchner continuó preferiendo, en reiteradas ocasiones, hacer uso de decretos de necesidad y urgencia en lugar de seguir los trámites ordinarios previstos para la sanción de leyes. Desde su asunción y hasta mayo de 2006, fueron sancionados 201 decretos de necesidad y urgencia; unos 67 decretos por año de promedio, frecuentemente comparados con los 55 por año de Carlos Menem.

En 2004 los pobladores de la ciudad de Gualeguaychú iniciaron un amplio movimiento de oposición a la instalación de dos plantas de celulosa en la orilla uruguaya del Río Uruguay, que derivó en un conflicto diplomático entre ambos países. El conflicto llevó a una frustrada mediación de Juan Carlos I de España, una demanda argentina ante el Tribunal Internacional de La Haya y a la relocalización de una de las dos plantas.

Durante los dos últimos años de su mandato se aplicaron crecientes restricciones a las exportaciones de carne y controles de precios, con el fin de controlar la inflación y el aumento del precio de los alimentos.
En abril de 2007 se produjo se descubrió una serie de maniobras delictivas realizadas por la empresa multinacional Skanska, de origen sueco; algunos políticos de la oposición sostuvieron que algunos funcionarios del gobierno habían cometido ilícitos relacionados con el caso, algo que el Minitro del Interior negó. A mediados de ese mismo año, la ministra de economía Felisa Miceli se vio envuelta en un escándalo, debido al hallazgo casual de una bolsa con gran cantidad de dinero en el baño de su despacho, que llevó a su renuncia y abrió una investigación penal en el curso de la cual fue procesada por encubrimiento y destrucción de intrumento público.

Durante el año 2007 se produjeron varias crisis, en particular enfrentamientos con los representantes de los productores rurales por las retenciones y serios cuestionamientos a la probable manipulación de datos estadísticos a través del Indec.
No obstante las dificultades en que transcurrió el último año de su mandato, y a pesar de los pronósticos negativos causados por ciertas derrotas de sus aliados, el apoyo popular a su gestión se vio incrementado, y el Frente de la Victoria volvió a ganar en las elecciones presidenciales de 2008, duplicando los votos obtenidos en 2003.

Acuerdo con Brasil

Durante la etapa de transición, el todavía presidente Kirchner viajó a Brasil, en donde se reunió con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y acordaron realizar dos reuniones bilaterales al año, con el objetivo de mejorar la relación entre los países y el funcionamiento del Mercosur. En dicha reunión se planificó la construcción de aviones de carga, la coordinación del traspaso del control del espacio aéreo a organismos civiles, y la posibilidad de dejar de emplear el dólar como moneda en los intercambios monetarios entre ambos países.

Sucesión de De la Rúa


Eduardo Duhalde, designado por el Congreso Nacional para suceder al presidente De la Rúa.

Asume la presidencia de la Nación en forma interina el presidente provisional del Senado, Ramón Puerta. El día 23 de diciembre se reúne la Asamblea Legislativa, que nombra como presidente provisional de la Nación al hasta entonces gobernador de la provincia de San Luis por el Partido Justicialista, Adolfo Rodríguez Saá.

En su discurso en el Congreso de la Nación, el flamante presidente anuncia el "default", o cesación de pago de las obligaciones por préstamos a los diferentes organismos internacionales de crédito, y a particulares que tuviesen en su poder títulos de la deuda pública argentina.

Una serie de nuevos enfrentamientos, en Casa de Gobierno y en el Congreso Nacional entre algunas facciones más radicales de los manifestantes que continuaban acercándose a los edificios de gobierno, y las fuerzas de seguridad, ponen nuevamente en jaque la estabilidad de este nuevo gobierno. Se oyen repulsas contra los miembros de la Corte Suprema de Justicia, contra miembros del nuevo gabinete, y contra senadores y diputados, que no contaban con el apoyo popular. El lema más recordado de los manifestantes era el "que se vayan todos", que resumía el descontento que sufrían las gruesas mayorías de la población, respecto de la clase dirigente.

Algunos enfrentamientos tuvieron lugar dentro del palacio del Congreso de la Nación y se produjeron pequeños incendios y rotura de cristales y mobiliario. Sin el apoyo de importantes gobernadores, aún de algunos de su mismo partido político, el efímero presidente de la Nación, Rodríguez Saá decide presentar su renuncia al cargo, hacia el día 30 de diciembre.


Asume la presidencia en forma interina el hasta entonces presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño. El Partido Justicialista propone a Eduardo Duhalde como presidente provisional. El 31 de diciembre la Asamblea Legislativa aprueba la propuesta por gran mayoría, y Duhalde asume el cargo el día 2 de enero de 2002.

Gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001)


Fernando de la Rúa, presidente entre 1999-2001.

A raíz de los crecientes cuestionamientos hacia el gobierno de Carlos Menem, fundados sobre todo en la corrupción y la incapacidad de combatir del flagelo de la desocupación, fue surgiendo una fuerza política conformada a partir de un acuerdo entre la Unión Cívica Radical (UCR) y el Frepaso, una confederación formada por los partidos Frente Grande, Socialista Popular, Socialista Democrático, Intransigente y Demócrata Cristiano. En 1997 se concretó esa unidad mediante la creación de la "Alianza para el Trabajo, la Justicia y la Educación", más conocida como "Alianza".

De sus filas salió la fórmula Fernando de la Rúa- Chacho Álvarez, ganadora de la elección presidencial celebrada el 24 de octubre de 1999 con el 48,5 % de los votos, y una ventaja de 10,5 % sobre el oficialista Eduardo Duhalde.
El 10 de diciembre, la fórmu
la aliancista asumió el poder en un clima de esperanza, incluso entre muchos de los que no la habían votado. Sin embargo, ya desde el discurso de asunción, De la Rúa comenzó a socavar su base política, anunciando la necesidad de una serie de subas de impuestos y ajuste de la estructura estatal de considerable magnitud.

El gabinete de ministros, a la postre extremadamente inestable, estuvo compuesto, entre otros, por José Luis Machinea en el Ministerio de Economía, Ricardo López Murphy en Defensa, Adalberto Rodríguez Giavarini en Relaciones Exteriores, Juan José Llach en Educación. Era un gabinete integrado por radicales, frepasistas e incluso cavallistas, y con gran cantidad de economistas.
La situación argentina en materia económica y social era
muy delicada: una desocupación que ya superaba holgadamente el 15 % y que subía implacablemente, inseguridad en las calles, desconfianza de parte de los mercados financieros internacionales y una voluminosa deuda externa eran algunos de los principales temas urgentes a tratar en la agenda del gobierno.

Desde el Ministerio de Economía
se habían trazado ciertas medidas financieras, tendientes a encauzar el déficit fiscal, buscando principalmente el beneplácito del Fondo Monetario Internacional (FMI) para adelantar un nuevo empréstito. El gobierno se comprometía a mantener la Ley de Convertibilidad, que ordenaba que un peso tuviera el valor de un dólar.

A partir de febrero de 2001 grandes flujos de fondos empezaron a abandonar el país. Al mes siguiente asumió como Ministro de Economía López Murphy, pero fue repudiado por la oposición, e incluso por los propios radicales, al anunciar el arancelamiento universitario. Tras la renuncia de López Murphy, y en una sorprendente decisión, el gobierno nombró como Ministro de Economía a Domingo Cavallo, hasta entonces identificado por la opinión
pública como un símbolo del gobierno de Menem.

El 1 de diciembre de 2001, Cavallo toma la decisión de imponer el corralito, un paquete de medidas económicas que impuso una bancarización total de la economía, mediante la prohibición de extraer dinero en efectivo depositado en bancos públicos y privados. Esta medida, que afectó en gran medida a las clases medias, sumó apoyos en los merca
dos y organismos financieros internacionales, pero la población comenzó a manifestar un enorme descontento.

Hacia mediados del mes de diciembre se produjeron algunos estallidos entre las clases populares de algunas ciudades de las provinci
as, llevados adelante por los denominados piqueteros. Concretamente, varios comercios de zonas empobrecidas del interior del país sufrieron saqueos por parte de sectores de la población desocupadas e indigentes.

Algunos analistas políticos atribuyen estas revueltas a un plan desestabilizador orquestado por algunos líder
es del Partido Justicialista.
El Cacerolazo
A partir del día 19 de diciembre de 2001 se produjeron las manifestaciones populares conocidas como el cacerolazo, en las que la gente se agrupaba golpeando ruidosamente cacerolas. Durante ese día se produjerón graves distrubios y revueltas sociales en diferentes puntos del país, con epicentro en las ciudades de Buenos Aires. Durante los graves enfretamientos entre manisfestantes y efectivos policiales, de los cuales fueron los más violentos los que tuvieron lugar en las inmediaciones de la Casa de gobierno, perdieron la vida al menos 5 personas.

Frente a este panorama, el presidente decidió anunciar por cadena nacional que había decretado el estado de sitio, que suspendía las garantías constitucionales de los ciudadanos. Espontáneamente, miles de personas se lanzaron a las calles, disgustados con las recientes medidas civiles y económicas. Pacíficamente, la población manifestó su descontento durante toda la noche, mientras la policía intentaba alejarlos de la Casa de Gobierno, utilizando gas lacrimógeno; esa noche renunciaba el Ministro de Económia Domingo Cavallo.

El día 20 de diciembre se produjeron nuevos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes reunidos en la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, y en otros puntos del país. Esta vez, se calcularon en 30 los muertos por los diferentes enfrentamientos.

A las 4 de la tarde, visiblemente debilitado, el presidentes pronuncío un discurso por televisión convocando a la "unidad nacional" y ofreciendo al justicialismo cogobernar el país. Ante la respuesta negativa de parte de éste y la energía repulsa popular, el presidente Fernando de la Rúa presentó su renuncia.

Gobierno de Carlos Saúl Menem (1989-1995 y 1995-1999)




Carlos Menem, presidente durante los períodos 1989-1995 y 1995-1999.

Carlos Saúl Menem gobernó Argentina entre 1989 y 1999. Su primer mandato comenzó en 1989 tras vencer por casi 15 puntos porcentuales (47,2% a 32,4%) al radical Eduardo Angeloz y recibió el gobierno el 8 de julio de 1989, tomando el control de un país descontrolado que atravesaba una grave crisis económica e hiperinflacionaria luego del mandato de Raúl Alfonsín.

Con el objeto de estabilizar la situación inflacionaria del país, se sancionó la Ley de Convertibilidad, impulsada por su ministro de economía Domingo Cavallo, que estableció la paridad 1 a 1 entre los valores de la moneda nacional y del dólar estadounidense. De esta manera, se reduciría el aumento de precios vinculado a la importación de insumos. Privatizó numerosas empresas, algunas de ellas monopolizadoras de los servicios de electricidad, agua, gas, combustible, correo, transporte y telecomunicaciones. Liberalizó el comercio internacional y firmó el Tratado de Asunción que puso en marcha al Mercado Común del Sur (Mercosur) con Brasil, Uruguay y Paraguay, con el objetivo de formar un fuerte bloque económico sudamericano y establecer un mercado común entre sus miembros.

En este primer mandato sucedieron los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA, en 1992 y 1994 respectivamente, en los que murieron casi 100 personas. También se produjo la explosión de la Fábrica Militar de Río Tercero en 1995, hecho por el cual el propio Carlos Menem se encuentra procesado.[21] Dicha explosión dejó numerosas víctimas, entre ellas 7 fatales.
En 1995, y con las nuevas condiciones establecidas en la reforma constitucional de 1994, se impuso nuevamente en elecciones presidenciales acompañado por Carlos Ruckauf venciendo por 20 puntos porcentuales al candidato del FREPASO, José Octavio Bordón.


El segundo gobierno de Menem (1995-1999) estuvo caracterizado por el aumento de los indicadores negativos, como el desempleo, la pobreza y el trabajo precario no registrado. Además la deuda externa aumentó en casi 82.000 millones de dólares. Dichos indicadores se agravarían con el transcurso de los años, dando inicio en 1998 a un período de recesión económica que duraría más de 4 años.

A fines de 1998, la Corte Suprema decide que el Presidente Menem no puede presentarse a elecciones presidenciales por tercera vez consecutiva. Carlos Menem volvería a postularse para presidente en 2003 y obtendría la victoria en primera vuelta, pero renunciaría a presentarse al ballotage.

El Gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989)




Raúl Alfonsín, presidente durante el período 1983-1989.
El 30 de octubre de 1983 se realizaron las elecciones para elegir a las autoridades democráticas. Raúl Alfonsín, candidato por la Unión Cívica Radical resultó elegido con el 52% de los votos, superando al Partido Justicialista (peronismo) que obtuvo el 40%. En el Parlamento el radicalismo obtuvo la mayoría en la Cámara de Diputados pero el peronismo obtuvo mayoría en la Cámara de Senadores. El 10 de diciembre de 1983 asumió el nuevo gobierno democrático.

Derechos humanos, transición a la democracia y sublevaciones militares.

El gobierno de Raúl Alfonsín debió enfrentar el problema de la transición a la democracia en un país con una larga tradición de gobiernos militares que había llegado a la tragedia del terrorismo de estado y la guerra.

El 15 de diciembre de 1983 sanciona los decretos 157 y 158. Por el primero se ordenaba enjuiciar a los dirigentes de las organizaciones guerrilleras ERP y Montoneros; por el segundo se ordenaba procesar a las tres juntas militares que dirigieron el país desde el golpe militar del 24 de marzo de 1976 hasta la Guerra de las Malvinas. El mismo día creó una Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas CONADEP, integrada por personalidades independientes (Ernesto Sábato, Magdalena Ruiz Guiñazú, Graciela Fernández Meijide, entre otros) con la misión de relevar, documentar y registrar casos y pruebas de violaciones de derechos humanos, para fundar el juicio a las juntas militares.

En septiembre de 1984 la CONADEP produce su famoso informe titulado “Nunca Más”. El 4 de octubre de 1984 la Cámara Federal (tribunal civil) toma la decisión de desplazar al tribunal militar que estaba enjuiciando a las juntas para hacerse cargo directamente al mismo. Los fiscales fueron Julio César Strassera y Luis Gabriel Moreno Ocampo. El juicio se realizó entre el 22 de abril y el 14 de agosto de 1985. Se trataron 281 casos.
El 9 de diciembre se dicta la sentencia condenando a Jorge R. Videla y Eduardo Massera a reclusión perpetua, a Roberto Viola a 17 años de prisión, a Armando Lambruschini a 8 años de prisión y a Orlando Ramón Agosti a 4 años de prisión. Por las características que tuvo, la condena a las juntas militares realizada por un gobierno democrático constituye un hecho sin precedentes en el mundo, que contrastó fuertemente con las transiciones negociadas que tuvieron lugar en aquellos años en Uruguay, Chile, Brasil, España, Portugal y Sudáfrica
.
El gobierno de Alfonsín estuvo permanentemente amenazado por sectores de las Fuerzas Armadas que se negaban a aceptar el enjuiciamiento por violaciones a los derechos humanos durante el régimen militar anterior. En la Semana Santa de 1987 se produce una gran rebelión militar encabezada por jóvenes oficiales que se denominaron “carapintadas”. Al mismo tiempo que los jefes militares demostraban que no estaban dispuestos a obedecer las órdenes del presidente Alfonsín y reprimir la insurrección, millones de personas salieron a las calles para oponerse al alzamiento militar. Durante varios días el país estuvo a borde de la guerra civil. Finalmente Alfonsín, sin poder militar para frenar un golpe de estado, negocia secretamente con los líderes militares una serie de medidas para evitar que se realizaran nuevos juicios contra militares por violación de derechos humanos.

Esas medidas se concretarán en las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, no sin antes sufrir otras dos insurrecciones militares durante 1988 (18 de enero y 1 de diciembre) y un permanente estado de insubordinación de las Fuerzas Armadas. Además del copamiento del regimiento La Tablada perpetuado por ex integrantes del ERP que ahora formaban el MTD, tomaron el cuartel por la fuerza y debieron ser desalojados por el ejército argentino y fuerzas de seguridad policiales.
Obra de gobierno
Durante el gobierno de Alfonsín se restableció la autonomía universitaria quebrada en 1966, se puso en marcha el Plan Nacional de Alfabetización y el Plan Alimentario Nacional (PAN) y se sancionaron las leyes de patria potestad compartida (1985) y de divorcio vincular (1987). En 1987 el Congreso sanciona una ley de traslado de la Capital Federal a Viedma - Cármen de Patagones, como parte de un proyecto para cambiar el eje político-económico centralista que caracteriza a la Argentina, que terminó fracasando.


En el plano internacional se destaca:
el protagonismo argentino en el impulso al Grupo Contadora para unificar la posición de los deudores frente a los acreedores para el tratamiento de la deuda externa;
• los acuerdos con el gobierno democrático de Brasil que concluirán posteriormente en la formación del Mercosur (1991);
• la política exterior de apoyo a los procesos de paz en Latinoamérica y ayuda a los gobiernos democráticos para consolidar el proceso de transición a la democracia en la región;
• La firma del Tratado de Paz y Amistad con Chile (1985), que puso fin a una disputa de límites con aquel país, con el cual Argentina estuvo a punto de ir a una guerra en 1978.
• La presidencia de la 43º Asamblea General de las Naciones Unidas (1989, Dante Caputo).
En el área económica Alfonsín asume su gobierno en momentos en que se producía la gran crisis mundial de la deuda externa. Durante el gobierno militar la deuda externa había crecido de 7.000 millones de dólares en 1976, a 66.000 millones de dólares en 1983. Adicionalmente, gran parte del aparato productivo, sobre todo en el sector industrial, había quebrado. Ante esta situación, Alfonsín decidió aplicar en 1985 un plan económico, el Plan Austral, que él mismo calificó como "economía de guerra".


El Plan Austral logró durante un tiempo contener la inflación, pero no pudo resolver los problemas estructurales que mostraba la economía argentina en aquellos años. El congelamiento de los salarios, la decisión inicial de Alfonsín de atacar a los sindicatos, la persistencia de la ley sindical fascista de la dictadura, la identificación de los sindicatos con la oposición peronista, llevó a una larga pulseada entre el gobierno radical y la CGT que se expresó en 13 huelgas generales. Finalmente, el gobierno radical termina negociando con los sindicatos y sancionando con unanimidad una nueva Ley Sindical.

Los graves problemas económicos se expresaron en una tasa de inflación de 343% para el año 1988 y el estallido de un proceso hiperinflacionario a partir de febrero de 1989 superior al 3000% anual, que hizo aumentar la pobreza hasta alcanzar un record histórico hasta entonces: 47,3% (octubre de 1989, Gran Buenos Aires).

En esas condiciones se realizan las elecciones presidenciales del 14 de mayo de 1989, triunfando el candidato opositor, el peronista Carlos Menem, con un 51% de los votos. La magnitud del caos económico-social obligó a Alfonsín a anticipar el traslado del mando, renunciando el 8 de julio.

El Regreso a la Democracia

La derrota en la Guerra de Malvinas obligó al régimen militar a convocar a elecciones democráticas. Sin embargo las violaciones masivas a los derechos humanos realizadas entre 1976 y 1983, así como una larga tradición de golpes militares, harán sumamente complejo el proceso de transición a la democracia, con reiteradas insurrecciones militares. En 1989, por primera vez desde 1916, un presidente de un partido entregó el poder a un presidente de otro partido. La situación volvió a repetirse en 1999, mostrando una notable consolidación de la democracia en Argentina.


Adicionalmente, en este período, Argentina protagonizará un importante cambio político-institucional y económico, al fundar el Mercosur junto a Brasil, Paraguay y Uruguay.


Sin embargo la acción de los gobiernos democráticos se ha mostrado insuficiente para atender los problemas socio-económicos de la población. La pobreza, que en 1974 era del 5%, subió al 25% en 1983, al 45% en 1989, llegando al pico máximo del 56% en 2002. La desocupación que era del 6% en 1975, subió al 8% en 1989, al 18% en 1995, alcanzando su pico más alto de 31% en 2002.

16 de noviembre de 2009

El «Proceso de Reorganización Nacional» (1976-1983)






Primera Junta Militar, de izquierda a derecha: Emilio Eduardo Massera, Jorge Rafael Videla y Orlando Ramón Agosti.

El 24 de marzo de 1976 una nueva sublevación militar derrocó a la Presidenta María Estela Martínez de Perón instalando una dictadura de tipo permanente (Estado burocrático autoritario) auto-denominada «Proceso de Reorganización Nacional», gobernada por una Junta Militar integrada por tres militares, uno por cada fuerza. A su vez la Junta Militar elegía a un funcionario con el título de «presidente», con funciones ejecutivas y legislativas. Al igual que la dictadura anterior, la Junta Militar sancionó en 1976 un Estatuto con jerarquía jurídica superior a la Constitución. El Proceso fue gobernado por cuatro juntas militares sucesivas: • 1976-1980: Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti • 1980-1981: Roberto Eduardo Viola, Armando Lambruschini, Omar Domingo Rubens Graffigna • 1981-1982: Leopoldo Fortunato Galtieri, Basilio Lami Dozo y Jorge Isaac Anaya • 1982-1983: Cristino Nicolaides, Rubén Franco, Augusto Jorge Hughes En cada una de estas etapas, las juntas designaron como «presidentes» de facto a Jorge Rafael Videla, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri y Reynaldo Benito Bignone respectivamente, todos ellos integrantes del Ejército. El «Proceso de Reorganización Nacional» llevó adelante una guerra sucia en la línea del terrorismo de estado que violó masivamente los derechos humanos y causó la desaparición de decenas de miles de ciudadanos. Internacionalmente, la dictadura argentina y la violación de derechos humanos contó con el apoyo activo del gobierno de Estados Unidos (salvo durante la administración de James Carter) y la tolerancia de los países europeos, la Unión Soviética y la Iglesia Católica, sin cuya inacción difícilmente hubiera podido sostenerse.

Asimismo, en ese momento se instalaron con apoyo estado
unidense dictaduras militares en todos los países del Cono Sur de Sudamérica (Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay) que coordinaron entre sí y con Estados Unidos la represión, por medio de una organización terrorista internacional denominada Plan Cóndor. En materia económica, la dictadura entregó formalmente los ministerios económicos a las asociaciones empresarias más conservadoras que impulsaron una política económica abiertamente desindustrializadora y neoliberal, con máxima expansión de una deuda externa contraída de manera fraudulenta y mediante mecanismos de corrupción, en beneficio del sector privado: • El Ministerio de Economía a José Alfredo Martínez de Hoz, presidente del Consejo Empresario Argentino (CEA). • La Secretaría de Ganadería a la Sociedad Rural Argentina, representada por Jorge Zorreguieta (el padre de Máxima Zorreguieta, princesa de Holanda). • El Banco Central a la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA). En 1982 el gobierno militar emprendió la Guerra de Malvinas contra el Reino Unido, en un acontecimiento sobre el cual siguen siendo muy oscuras las causas desencadenantes. La derrota infligida provo la caída de la tercera junta militar y meses más tarde la cuarta junta llamó a elecciones para el 30 de octubre de 1983, en las que triunfó el candidato de la Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín. Los jefes militares fueron enjuiciados y condenados, y muchos de ellos llevados a prisión, en complejos procesos que aún siguen en marcha. La dictadura militar llamada «Proceso de Reorganización Nacional» fue la última. Si bien entre 1987 y 1990 se produjeron varias insurrecciones militares, denominadas carapintadas, ninguna de ellas logró derrocar a los gobiernos democráticos.

Guerra de Malvinas (1982)

En 1982 Argentina libró una guerra por la soberania de las Islas Malvinas. La derrota de las tropas argentinas y la muerte en combate de alrededor de 600 soldados, propino el golpe definitivo al régimen militar.


A comienzos de 1982, la dictadura militar estaba muy débil y sin es
trategia política. Ya no estaban el general Jorge Rafael Videla y el Economista José Alfredo Martínez de Hoz; la interna del Ejército había terminado con el general Roberto Viola y la junta era comandada por Leopoldo Fortunato Galtie ri, un general que soñaba con permanecer largos años en la Casa Rosada.
Galtieri no tenía plan económico, no entendía de política y pensaba que todo podía arreglarse con una arenga cuartetera.
El 30 de marzo de 1982, una movilizacion convocada por la Confederacion General del Trabajo (CGT), puso en jaque a la dictadura militar. El régi
men respondió con palos, balas de goma y gases lacrimógenos, aguardando que los manifestantes decidieran escapar por las calles laterale s a la Plaza de Mayo.
Pero esta vez, eso no ocurrio: miles de argentinos enfrentaron a la P
olicía Montada y a los Ford Falcon sin patente.
Fue la primera vez, en pleno Proceso de Reorganizacion Nacional, que las fuerzas de seguridad y los grupos de tareas tuvieron que retroceder.
El dictador Galtieri observó desde una ventana de la Casa Rosada como volaban los cascotazos, cuando el gas arrojado por la policía impedía respirar a los manifestantes. Este general se sorprendió ante la resistencia que la sociedad civil ofrecía en los alrededores del Cabildo. Él sabía que la dictadura ya era debil, pero nunca penso que la crisis politica del regimen fuera tan evidente.

1982 Galtieri y la Plaza de Mayo.

Las imagenes de la represion y la replica civil terminaron de convencerlo. Reunio a la plana mayor, y alli asumio su peor decision como dictador de la Republica Argentina: basado en una reivindicacion historica inobjetable, con el unico proposito de apuntalar al regimen militar, ordeno el primero de abril de 1982 que se recuperaran las Islas Malvinas.

1982: Los Chicos de la Guerra

Esta decision coloco a la sociedad en un laberinto. El 2 de abril, cerca de las diez de la mañana, las radios ya informaban que la bandera nacional flameaba en Puerto Argentino.
Y la gente, empujada por los medios de comunicacion, comenzo a llegar hasta la Plaza de Mayo.
La situacion, al menos, era paradojica. El 30 de marzo de 1982, trata
ndo de ingresar a la Plaza de Mayo, la policia reprimio a miles de aregntinos que exigian "paz, pan y trabajo". Cuarent a y ocho horas despues, exactamente el 2 de abril de 1982, la dictadura permitia el ingres o a la P laza y la gente aplaudia a un controvertido general que aparecia en los balcones de la C asa Rosa da.
Para la mayoria de los argentinos, Galtieri era un desconocido. Pocos sabian que vivia alcoholizado, que tenia escaso nivel intelectual y que habia cometido multiples
violaciones a los derechos humanos.
Pero esta ignorancia, no incluia a la clase politica. Los dirigentes de los partidos mayoritarios sí conocian el pasado de Galtieri. Ellos sabían que había sido represor en Santa Fe, que había enviado tropas a Centroamérica y que tomaba mucho alcohol.

Sin embargo, ocultaron la informacion, aceptaron ser partenaire de la dictadura y hasta viajaron a las Islas Malvinas, en una avion charter fleteado por el regimen mi litar.

Buenos Aires era una fiesta


La recuperacion de las Islas Malvinas desperto un fervor popular q
ue sorpre ndio hasta a la propia Junta de Comandantes. La gente se ponía escarap elas y elogiaba a Galtieri, que salia en la tapa de las revistas y en la primera plana de los diarios.
La television hacia programas especiales para recaudar fondos destinados a los soldados, y el rock nacional, que hasta alli estaba censurado por la dictadura, volvio a sonar en todas las radios del pais.

Como en el Mundial 78, el regimen habia montado un plan de a ccion psic ologica que daban resultados. Y ademas, hacia oscuros negocios, qu e incl uyeron el trafico de armas y la venta clandestina de los chocolates y cigarrillos que habian sido donados para los soldados.
Mientras la junta militar gozaba del respaldo popular, la situacion prebelica empezaba a complicarse. Margaret Thatcher estaba perdiendo popularidad. y era improbable que pudiera triunfar en las proximas elecciones parlame ntarias, lo que implicaba ceder el poder al partido laborista. Entonces, como hizo Galtieri en la Argentina, se aprovecho del conflicto en las Islas Malvinas para preservar su puesto y su influencia.

1982. El dictador y el enviado Haig.

Hacia principios de 1982, Ronald Reagan era presidente de los Estados Unidos. Habia llegado al poder desde Hollywood, era aliado de Thatcher y respaldaba la dictadura militar argentina. Reagan jamas penso que este juego de alianzas, que era independiente y se desarrollaba en distintos continentes, estallaria en mil pedazos.
Días despues del desembarco, la Casa Blanca intento acercar
a Galtieri con Thatcher, evitar el conflicto y encontrar una salida diplomatica. Pero todo fue en vano: el general argentino y la premier britanica necesitab an la guerra para sobrevivir en el poder.
Entonces, Reagan no dudo demasiado. Inglaterra era un aliado clave en Europa, y Estados Unidos no iba a poner en juego esa alianza politica, economica y militar, apostando a favor de un gobierno militar que estaba exhausto y sin reflejos.
Galtieri, por su parte, jamas evaluo que Reagan podia inclin
arse a favor de Inglaterra. El dictador penso que Estados Unidos apoyaria la reivindicacion nacional, sencillamente porque el regimen militar habia envia do a Cent roamerica a sus mejores respresores.
Pero a Reagan no le importo que tropas argentinas colaboraran con la contra nicaragüense, ni que ello habia sucedido por pedido expreso de la Casa Blanca. Al contrario, el Proceso asumio que no contaba con Estados Un idos, cuando la flota britanica se encontraban a cuarenta y ocho horas de desembarcar en las Islas del Atlántico Sur.
Mientras tanto, en Malvinas, el panorama cambiaba
dramaticament e. Los celos profesionales enfrentaban a los oficiales y suboficiales de las tre s fuerzas, los soldados tenian frio, estaban mal alimentados y carecian del entrenamiento para enfrentar a las tropas profesionales que habian embarcado en Lon dres.

1982. Astiz, el represor cobarde

La primera derrota sucedio con Alfredo Astiz. Este Capitan de navio, torturador de la ESMA, se rindio frente a los comandados ingleses sin disparar un solo tiro. Para el, era mas facil asesinar en los campos de concentracion, que enfrentar en combate a los soldados britanicos.
Pero el Angel de la Muerte fue una de las pocas excepc
iones que registro la historia de la Guerra de Malvinas. Sin armamentos sofistica dos ni conduccion de estrategica, oficiales, suboficiales y soldados de las tres fuerzas, protagonizaron hechos heroicos que pusieron en jaque a las tropas britanicas.






La bendicion Papal

La guerra duro muy poco tiempo. La diferencia militar era manifiesta, y Thatcher utilizo todos los recursos posibles para triunfar. Ella estaba se
dienta de gloria y pensaba constantemente en su futuro.


Por eso, no dudo en hundir
al crucero General Belgrano. Fue un crimen d e guerra, que le costo la vida a mas de 300 efectivos argentinos.

Cuando la contienda llegaba a su final, Juan Pablo II decide intervenir personalmente. El Papa viaja primero a Londres a donde se reune conThatcher.

Despues, cruza el oceano Atlántico y es recibido por Galtieri en la Casa Rosada. El encuentro duro poco tiempo y Juan Pablo II, impuso su voluntad: la Republica Argentina debia rendirse al Reino Unido, para evitar mayores victimas a ambos lados de ka trinchera.
El 14 de junio de 1982, Galtieri anuncia que "el combate en Puerto Argentino ha terminado". Y minutos despues,una espontanea movilizacion
popular avanza sobre la Casa Rosada. Reclama la renuncia de la junta, exige la democracia, y demanda juicio y castigo a los culpables.
La llegada de las tropas a Buenos Aires fue traumatica. El regimen escondio a los combatientes, la mayoria de los argentinos dio la espalda a los sobre
vivientes y los soldados muertos en Malvinas, debieron aguardar mucho tiempo para tener su nombre grabado a fuego, alli donde cayeron defendiendo a la bandera nacional.

Heroes de Malvinas

Galtieri fue reemplazado por Reynaldo Benite Bignone, otro general acusado de violar los derechos humanos. Bignone debio convocar a elecciones nacionales, y entrego el poder a Raul Alfonsin, un 10 de diciembre de 1983.

Bignone, fin del regimen